Cada estación del año ofrece diferentes atractivos en Puerto Vallarta, sobre todo si se trata de los que provienen de la naturaleza. Una vez que ha llegado el verano, las intensas lluvias hacen su aparición por las tardes y las noches vallartenses, situación que favorece la presencia de un visitante milenario: las tortugas marinas.

Son varias las especies que llegan hasta las playas de Puerto Vallarta para anidar y tratar de perpetuar su especie: prieta, laúd, carey y golfina. Es esta última la más común en nuestras latitudes.

Desde el mes de julio y hasta diciembre, la tortuga golfina regresa, literalmente, a su casa. Y es que cada uno de los ejemplares que anida en nuestras playas, lo hace por un motivo muy especial: son las playas que la vieron nacer. De esta manera, los huevos que depositan las tortugas en una noche veraniega y que tengan la oportunidad de llegar a la edad adulta, regresarán años después a continuar con su ciclo de vida.

Se estima que sólo 1 huevo de cada 100 llegará a la adultez, por lo que resulta muy importante respetarlas en todo momento. Esto, aunado a la depredación voraz que el humano históricamente le ha ocasionado, las ha llevado a estar en peligro de extinción.

Si en alguna ocasión te encuentras a una tortuga en proceso de desove, no la molestes, respeta su actividad natural y avisa a las autoridades. Con ello contribuirás a que estos seres continúen regresando a casa, a la cual llegaron mucho antes que nosotros.

Una vez que ha transcurrido el tiempo de incubación de los huevos, es hora del nacimiento y liberación de las pequeñas tortugas, lo cual es una actividad sumamente inspiradora que puedes realizar bajo la supervisión de las autoridades.

¡Acércate y participa, deseándoles suerte en su travesía y pronto regreso a casa!